lunes, 25 de octubre de 2010

El Señor de los Anillos, J.R.R. Tolkien

Tenía ganas de leerme la saga desde hace tiempo, pero finalmente solo he conseguido leerme el primero (¡y un capítulo del segundo!) porque me resultaba demasiado lento en el transcurso de los hechos.
La idea del argumento me parece genial, pero en demasiadas ocasiones, Tolkien, se aleja de la trama principal en sus descripciones, lo que provoca que se descentre mi atención. Aún así, conseguía transmitir muchas sensaciones y sentimientos, como la dulzura del lenguaje élfico o la oscuridad del mal.
La historia transcurre en un país fantástico en un tiempo en el que se puede intuir o imaginar que es la Edad Media.
«Tres anillos para los reyes elfos bajo el cielo.
Siete para los señores enanos en casas de piedra.
Nueve para los hombres mortales condenados a morir.
Uno para el Señor oscuro, sobre el trono oscuro
en la tierra de Mordor donde se extienden las Sombras.
Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos,
un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas
en la tierra de Mordor donde se extienden las sombras».
J. R. R. Tolkien, El Señor de los Anillos

Tiene gran cantidad de elementos creados: el lenguaje élfico, en el que también están creados los caracteres del idioma aparte de su fonética para algunas palabras, un país entero con mapa detallado incluido, seres fantásticos, y montones de canciones, refranes, poemas y leyendas.
Por el momento creo que veré las películas, y puede que algún día consiga leerme los otros dos.

Mapa de La Tierra Media

lunes, 4 de octubre de 2010

"Las Hijas de Tara" de Laura Gallego


Decidí comenzar a leer el libro ya que era el único (de lectura juvenil) que todavía no había leído de la autora, una de mis favoritas. La historia, a su vez, me llamaba la atención por las contraposiciones que mostraba en el resumen, en el enfrentamiento entre la naturaleza y la biotecnología.
El libro es una crítica a la forma en la que estamos destruyendo el mundo, quitando nuestras propias capacidades humanas para darnos unos poderes superiores innatos en nosotros, y como acabamos por perder nuestra capacidad de pensamiento, controlados por toda la tecnología que nos rodea.
Lo que más me llamó la atención de la historia fue la visión de nuestro mundo como uno totalmente tecnológico en el que lo malo era la propia naturaleza, animales y plantas incluidos. Esto también me hizo plantearme la forma estúpida en la que estamos destrozando, a pasos agigantados, lo que nos rodea.
Al final del libro, se vuelve a demostrar, como en la vida cotidiana a menudo, que la naturaleza sigue su propio curso, y que por mucho que el ser humano nos creamos más listos y hábiles que ella, al final vuelve a donde pertenece, y por lo tanto debemos saber que, aunque hermosa, también es destructiva.
El lenguaje que utiliza el libro no tiene ninguna dificultad, aunque de vez en cuando utiliza términos tecnológicos pero que rápidamente la autora procede a explicar. También aparece un nuevo idioma, inventado por la escritora, que no tiene traducción en sí y por lo tanto no es importante.
Portada del libro de la editorial Gran Angular


Laura Gallego
 Para saber más :

¿Es posible el pensamiento sin lenguaje?

Desde hace tiempo, investigadores intentan averiguar si esto es cierto o no.
Algunos indicios, como el de las personas sordomudas y ciegas, deberían indicar que sí, pues si esto fuera verdad actuarían siempre como animales o los bebés, por instinto. Pero lo cierto es que, casos como el de Hellen Keller, nos muestran que sin lenguaje no hay modo de captar ideas más allá del instinto, pues las ideas son creadas por el lenguaje, por lo tanto, sin captar los estímulos aparte de los necesarios para vivir, no hay hueco para la racionalización, para el pensamiento.
Otro ejemplo sería el de los bebés, que reaccionan ante el hambre, el sueño, etc. pero no ante palabras hasta que empiezan a comprender el lenguaje asociando ideas. Ideas que previamente no podían captar puesto que no había forma de comunicación, aunque fuera por el desarrollo del cerebro.
Del mismo modo, cuantas más lenguas se conozcan, o más variedades del lenguaje aprendamos, mayor será la capacidad de la persona para asociar ideas y captar mejor el pensamiento. De cualquier forma, toda persona piensa en su lengua materna, un ejemplo de ello son las matemáticas, que ha quedado demostrado que por muchos otros idiomas que aprendas, tu cerebro realiza los cálculo en la primera lengua en la que los aprendió.
Así queda demostrado que cualquier persona posee la capacidad de pensamiento, diferenciándonos de los animales, pero que está capacidad solo está presente cuando hay un lenguaje capaz de expresar las ideas.