Después de descubrir (no sin esfuerzo) que los Pilares de la Tierra me encantaron, decidí pedirle el libro a un familiar. Comencé a leer esperando que me llegase a entusiarmar tanto como lo hizo la primera parte, pero empezó la época de exámenes y tuve que dejar el libro a un lado durante unas semanas, por lo tanto, cuando recomencé la lectura, ya ni me acordaba de los nombres de los protagonistas.
El libro al completo, con cada una de sus historias, me gustó, aún así, he de admitir que me perdía en muchos aspectos y en otros mis pensamientos se iban hacía otras cosas ya que ni la construción ni las batallas me entusiasman. Sin embargo, he de reconocer que el autor ha debido de realizar un tremendísimo esfuerzo para recrear las escenas, todo el vocabulario preciso sobre construción y la vida en la (¿Alta?) Edad Media. Es algo más light que los Pilares.
Ken Follett en la catedral de Vitoria, escenario de la obra |
Al igual que al primero, le sobran alrededor de una trescientas páginas en las que habla de nada, y se explaya una y otra vez en los mismo que el la página anterior ya había explicado y utiliza demasiados tecnicismos que excepto para arquitectos y gente en el campo de la arquitectura y construción desconocen. Otro pequeño detalle que el autor tuvo en cuenta para la “continuación” fue la de repetir de ven en cuando los nombres de los protagonistas del tomo anterior y sus hazañas, un detalle gracioso, aunque en un par de ocasiones, sobrante.
Un comentario que he oído sobre este libro es que es una copia exacta de los Pilares pero con otros nombres y dos siglos más tarde. Esto me da qué pensar sobre el autor, ya que escribe libros de unas mil páginas en poquísimo tiempo y muy bien ambientados...
De todas formas, estoy segura de que algún día releeré los dos libros pues a mi me han gustado.
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